Los acantilados están sometidos a un proceso de erosión constante, lo cual repercute en el proceso denominado "retroceso del acantilado", ya que si se van erosionando, lógicamente, cada vez estarán más atrás.

Contra lo que pudiera pensarse, este es un proceso que transcurre con relativa rapidez, por lo que las construcciones que se realizan demasiado cerca de su borde, corren riesgo de sufrir desperfectos.

Esto es lo que vemos en la foto, donde la escalera de acceso a la playa y su barandilla, están prácticamente destruídas por la caída de rocas.