«La clase del revés»

Hoy me acerco a INVESTEA para hablar de algo que seguramente muchos ya conocéis, pero para otros pueda resultar novedoso. Tiene que ver con una nueva metodología didáctica que se basa en re-ordenar el tipo de trabajo que tradicionalmente se viene haciendo en clase y en casa. Se trata de un concepto que se ha puesto de moda a raíz del tremendo éxito que las clases disponibles en Internet han ido cosechando en todo tipo de niveles educativos (ejemplo de Salman Khan, Walter Lewin y otros muchos). Me estoy refiriendo a lo que en los Estados Unidos denominan “The Flipped Classroom” (la clase del revés o dada la vuelta).

La esencia del concepto consiste en invertir los métodos tradicionales de enseñanza, dando la instrucción (las clases tradicionales, la explicación…) fuera de clase (gracias a la tecnología on-line) y trasladando los “deberes” al aula. En tal caso, el rol del profesor pasa de ser  un “EE” (experto sobre un escenario) a un guía, supervisor, conductor… del trabajo colectivo o individual de los estudiantes.

Todo ello para qué ¿qué se supone que podemos conseguir con ello? Preferentemente dos ventajas nada despreciables:

• Los estudiantes ven las lecciones en casa a su propio ritmo (pueden pararlas, repetirlas, ralentizarlas, etc.), a través de un medio que conocen, les atrae y al que están muy adaptados; comunicándose con sus iguales (por múltiples vías actualmente) y quizá con el profesor a través de discusiones on-line (esto es algo discutible desde un punto de vista puramente laboral, sobre todo en estos tiempos en los que las administraciones educativas pretenden no computar, o hacerlo desfavorablemente, la enorme carga de trabajo que supone el empleo docente de las tecnologías de la comunicación).
• Aumenta el  engagement (concepto que significa “engancharse” en sentido positivo; interesados leer SALANOVA, M; SCHAUFELI, W.: “El engagement en el trabajo”. Alianza, 2009) en la clase con la ayuda del docente (quien por otro lado necesitará ciertas competencias de dinamizador).

Desde un punto de vista conceptual, este modelo se apoya en dos componentes clave: la tecnología educativa y el aprendizaje basado en actividades. Ambos inciden de diversas formas sobre el entorno de aprendizaje de los estudiantes. Actualmente se habla mucho (especialmente en formación on-line) de los entornos personales de aprendizaje, los cuales reúnen una serie de recursos, ambientes, ritmos, fuentes, secuencias… de enseñanza que cada persona adapta a sus propias peculiaridades, competencias, intereses, posibilidades, motivaciones, etc. La tecnología educativa está avanzando a una velocidad de vértigo, mientras que los sistemas educativos y gran parte del profesorado no están respondiendo en consecuencia. Las posibilidades abiertas en la actualidad son amplísimas. En cuanto al aprendizaje basado en actividades es una de las lagunas, que al menos en nuestro país arrastramos desde hace décadas, mientras continuamos machacando una tendencia caracterizada por un culto exagerado a los contenidos teóricos (en la mayoría de las materias y niveles educativos, incluida la universidad).

La  adopción de la metodología flipped se está viendo incrementada (especialmente en el mundo educativo “norte”: anglosajones, nórdicos, etc.) debido fundamentalmente a dos razones:

• Lo que consideran pobres resultados educativos (de eso “sabemos” muchísimo en España): no promoción, fracaso escolar, abandono, etc. Es sorprendente cómo cifras de fracaso menores alarman mucho más en aquellos países en las que los resultados son mejores. Entre tanto aquí, por ejemplo, seguimos considerando a los centros de bachillerato en función de los resultados de la PAU, en vez de comprobar, sin ir más lejos, qué porcentaje del alumnado que se inicia en primero de la ESO consigue aprobar 2º de bachillerato (conozco casos en los que apenas es un 10-15%).
• La accesibilidad casi total a los videos on-line (para verlos casi en cualquier parte en el caso de los estudiantes y poder producirlos y cargarlos fácilmente el profesorado). Además del cambio generacional de hábitos de asimilación de contenidos (progresivo paso de la lectura al visionado).
• No debemos olvidar la aparición de otros fenómenos de evolución social que están generando cambios importantes de aptitudes y estilos de aprendizaje, como por ejemplo el aprendizaje multitarea y algunos más.

Si las clases se dan fuera, el tiempo de clase se emplea en actividades interactivas (relacionales y colaborativas, laboratorio, prácticas, resolución de problemas, conversación, ejercicio, etc.). El feed-back en clase puede ser personalizado e inmediato en muchos más casos. Las dudas o las cuestiones más interesantes de los videos pueden verse tratadas o reforzadas en el aula, normalmente por medio de preguntas que puedan haber suscitado. No hay que negar que la propuesta tiene sentido, pese a que a más de uno se le puedan romper todos sus esquemas docentes. Personalmente lo encuentro muy atractivo, aunque también pueda tener algunas pegas como las siguientes:

• Implica “deberes” en casa, algo que suscita gran debate en la actualidad y que no es una práctica al uso en varios países europeos considerados como punteros en materia de educación.
• Exige nuevas competencias docentes (preparar sus videos docentes, dinamizar las clases…).
• No garantiza que el alumnado cumpla con su papel fuera de clase (aunque tenerle seis horas seguidas estabulado mientras le “dan la chapa” tampoco).
• Y… ¡Gran noticia para la población a la par que mala para las editoriales! El gran atraco de los libros de texto vería muy mermado su negocio (esto en realidad no es ninguna pega).

Volveremos sobre temas similares. Lo que es un hecho ahora mismo es que la formación on-line (y su tecnología) está generando muchos cambios metodológicos a enorme velocidad, reforzados además por una importantísima respuesta social, y todo ello, nos guste o no, está agitando los cimientos de la educación formal. Es muy probable que se avecinen muchos e importantes cambios. Lo de hoy es sólo un botón de muestra.

Os dejo con una infografía ilustrativa (fuente: Knweton Adaptative Learning Platform).

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