Los Objetivos de Desarrollo Sostenible parecen mejor idea
A medida que la situación ambiental se deteriora, parece que mirar hacia otro lado es la estrategia de muchas personas e instituciones. Hace poco he visto las imágenes de los participantes de un curso de Educación Ambiental de una institución pagada con dinero público, todo hay que decirlo, abrazados a árboles y tirados literalmente por el suelo, para «sentir la comunión con la naturaleza».
Si te molestas en dar un pequeño repaso a los Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos por la UNESCO y a los que, al menos de palabra, se han adherido las instituciones, gobiernos y montones de empresas, verás que a lo que hay que jugar ahora es a algo mucho más serio.
Los que hayáis sufrido alguna de mis «formaciones», como se dice ahora, sabréis que mi visión de la EA es exactamente la contraria: mi visión del Medio Ambiente es la de un entramado complejo de interacciones entre la economía, la organización social, el medio natural.
Lo que frecuentemente hemos llamado «el medio ambiente como sistema complejo». Vamos lo contrario a esas visiones simplistas o simplonas.
La UNESCO, al menos en la teoría, tiene las ideas un poco más claras y lanzó en 2015 los llamados Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS, la edición mejorada de los llamados «Objetivos del Milenio» que, como casi todo, se quedaron muy lejos de cumplirse.
Algunos son fácilmente identificables con lo que la población entiende como Medio Ambiente; por ejemplo, el objetivo número 13, denominado «Acción por el Clima», o el 15, «Vida de los ecosistemas terrestres».
Estos ODS nos remiten a cuestiones relevantes.
¿Cuántas personas entienden que la salud de sus semejantes o que todo el mundo tenga acceso a una energía asequible y no contaminante, deberían ser parte de sus objetivos en la vida?
Sin embargo lo interesante para orientar una Educación Ambiental de verdad, es que entre estos objetivos se encuentran algunos tan interesantes como el número 1: «Fin de la pobreza», o el 2: «Hambre cero», o el 3: «Salud y bienestar», etc.
Aquí no valen simplezas, erradicar el hambre en el mundo o conseguir una sanidad universal, es una empresa sistémica en la que intervendrían múltiples aspectos interrelacionados y la educación no debería «mirar para otro lado».
Enfrentar a los alumnos al problema de cómo erradicar la pobreza. Es más, impelirlos a la acción, a algún tipo de acción, es un objetivo educativo del máximo nivel.
Pero hay hasta 17 objetivos para el desarrollo sostenible que debemos de conocer y reflexionar acerca de qué podemos hacer como profesores, cómo llevarlos al aula.
Nuestro curso para profesorado es certificado y gratuito
En consecuencia, en Investea hemos decidido volver a la palestra, proponiendo para el año 2022 un curso de formación de profesorado, dentro de nuestro convenio con el MEFP, titulado «Objetivos de Desarrollo Sostenible – Aprendizaje Basado en Proyectos».
La opción de incluir el Aprendizaje basado en proyectos como estrategia para el estudio de los ODS es priorizar un aprendizaje comprometido, comprometido con el objeto de estudio y comprometido con el propio aprendizaje.
Y encima lo puedes hacer gratis y con certificado de 30 horas.