Las consejerías eligen Moodle. Habrá que formar al profesorado.

En este comienzo de curso, varias consejerías han presentado versiones actualizadas del aula virtual Moodle que ponen a disposición de los centros públicos de sus áreas de gestión.



Interpretamos que estas actualizaciones significan que las administraciones educativas apuestan por este LMS en detrimento de otras posibles opciones como Classroom, Ezmodo, Docebo, etc.

Y esta apuesta surge cuando parecía que Classroom de Google estaba ganando terreno a marchas forzadas en detrimento de Moodle.

La primera impresión es que parece que vamos hacia un escenario en el que los centros públicos van a usar Moodle y los privados y concertados van a usar Classroom.

¿Qué hay detrás de esta elección?

Muy significativa es la circular que la Consellería de Educació valenciana dirigió el año pasado a sus centros haciendo hincapié en que no podían ceder datos de sus alumnos a terceros, en este caso léase Google (ver artículo en XarxaTic). Resumamos diciendo que los gobiernos por ley sí pueden tener datos personales y familiares de sus alumnos, y en consecuencia también los centros educativos, pero esos datos son confidenciales sobre los que pesa el secreto profesional (no viene de más recordarlo) y no pueden ser cedidos a ninguna empresa ni usados de cualquier otra forma.

Vemos que el asunto va más allá de la elección de un software u otro. Recientemente una plataforma de padres y madres ha exigido al gobierno catalán que las herramientas de Google dejen de usarse en las escuelas, precisamente por sus dudas sobre la privacidad de los datos de los alumnos (ver noticia en el enlace)

No entraremos en muchas cuestiones legales obre las que somos ignorantes, pero intuimos que esto puede ser el inicio de un terremoto que termine afectando a muchos actores del gran negocio en el que parece que se está convirtiendo la educación a través de medios tecnológicos en los últimos años. y que va a afectar también a las plataformas digitales que varias editoriales ponen al servicio de los departamentos que optan por elegir sus libros de texto.

En este contexto en el que los datos de menores no pueden ser utilizados más que de forma muy restrictiva, parece que en los centros públicos, solamente los sistemas facilitados por las consejerías van a ser válidos, o al menos permitidos, para las comunicaciones con las familias, la comunicación de notas y la enseñanza virtual, aunque esta se trate de un simple apoyo a la enseñanza presencial en el aula.

Los materiales didácticos

El principio de curso en los últimos años está viniendo marcado por un «extraño lío» con los libros de texto. La exigencia por parte de varias administraciones de que los bancos de libros sean obligatorios y que, cómo no, los profesores se conviertan en los gestores obligados de estos bancos, y el lógico interés de las familias de ahorrar lo máximo posible, conlleva que muchos alumnos lleguen a los primeros días de clase sin los libros necesarios.

Creemos que los bancos de libros obligatorios no es la mejor idea y que es empezar la casa por la ventana y que con el dinero empleado en esta gestión (ver noticia) se podrían ir poniendo las bases para un mejor sistema .

Sorprende que las editoriales no manden «al garete» a los centros públicos, ante esta competencia ¿desleal? surgida de pronto.

Probablemente porque, a fin de cuentas, casi todas las editoriales de libros de texto son propiedad de las mismas empresas o fundaciones que los centros privados y concertados que es donde realmente se encuentra su clientela. De momento el «pastel» en los centros públicos, sobre todo en la etapa de bachillerato, donde no hay bancos de libros, les debe compensar.

Ni que decir tiene que en un escenario de internet casi universal, con unos libros de texto de precio exagerado que tienen que acabar pasándose de unos estudiantes a otros a través del trabajo del profesorado, estaríamos mucho mejor si el profesorado dedicara su tiempo a generar materiales didácticos y ponerlos en el Moodle de su centro, en vez de hacer de librero aficionado.

La formación del profesorado

Una parte significativa del profesorado no utiliza el Moodle que las consejerías ponen a su disposición. En un pequeño repaso por las aulas virtuales de las consejerías hemos podido constatar este hecho. Las razones son varias pero se refieren básicamente a dos aspectos:

Unos no lo utilizan porque no quieren, porque están en contra de su uso y creen que ya bastante trabajo tienen con las clases para «meterse en aventuras». Y no les falta razón, más bien les sobra.

Un segundo grupo considera que es muy difícil aprender a usarlo y que lleva mucho trabajo preparar materiales y que no les va a merecer la pena. Y posiblemente tampoco les falte una parte de razón.

Aunque somos de los que creemos que si todos los profesores tuvieran sus materiales en Moodle, todo iría mucho mejor y sería mucho más barato para las familias.

Nuestra experiencia personal tras quince años usando Moodle en la formación del profesorado, es que sigue faltando formación, mucha formación. Todos los centros deberían facilitar al máximo que su profesorado dominara esta plataforma

Solamente cuando haya una masa crítica de docentes que la usen se llegará a integrarla en la vida cotidiana de los centros como ha ocurrido con las plataformas de calificaciones y comunicación con las familias. Creemos que un aula virtual de apoyo a las clases es una herramienta disponible que no debemos desaprovechar y que ahorraría tiempo y dinero.


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