El otro día he estado tomándome un “café pedagógico” (esos en los que quedas con algún colega para hablar tranquilos y sin intermediarios ni interrupciones molestas y siempre sueles acabar disfrutando de una “conversación inteligente” enriquecedora – algún día debería hacer un post sobre esa fascinante herramienta de desarrollo profesional: las “conversaciones inteligentes”). Tras varios asuntos interesantes y variados, mi interlocutor me ha pedido consejo práctico y directo sobre mapas conceptuales TIC. Y más o menos le he explicado lo mismo que voy a tratar de exponer aquí brevemente.
Soy un fan del uso pedagógico de los mapas conceptuales. No un integrista en el sentido de que los considere la única herramienta, pero si defensor de su utilización frecuente. En mí caso y resumiendo mucho, les encuentro cuatro funciones fundamentales:
- A nivel personal me ayudan muchísimo para ordenar y estructurar mis ideas. Ponencias, clases, proyectos, planes, programas, etc. soy de esas personas que estructuran su pensamiento mejor cuando combinan lo gráfico con lo textual, y para eso me sirven mucho. Tanto en lo profesional, como en algunos aspectos personales de la vida y el ocio elaborado.
- No hay que explicar mucho que son excelentes herramientas para crear gráficos que expliquen o expongan temas conceptuales con muchas variables y contenidos interrelacionados, que son difíciles de mostrar con herramientas de exposición o pensamiento de tipo lineal. En este sentido nos sirven para crear apuntes, diapositivas, esquemas, materiales didácticos, etc.
- Por razones similares, casi idénticas a lo anterior, pueden convertirse en un excelente soporte o medio de conducir una clase, ponencia o charla que estemos dando de forma presencial, variando, de paso, la machacada presencia actual de series de diapositivas.
- Finalmente, una función que me resulta especialmente interesante y que no explotan muchos docentes es utilizar estas herramientas para que, en tiempo real, mediante un proceso didáctico participativo de una clase o aforo, entre todos vayamos construyendo un mapa conceptual que irá apareciendo en pantalla y se irá transformando en función de la evolución de la sesión. Una tormenta de ideas, un debate, etc. son metodologías que se adaptan muy bien a esta función.
La cuestión (lo que en realidad me preguntaban) era qué herramienta utilizaba. He de confesar que son varias. Hay muchas por ahí circulando, pero en mi opinión ninguna es la ideal, y muchas tienen diferentes tipos de pegas, así que la experiencia me ha hecho decantarme por el habitual uso de las tres que ahora describo:
I. Cmaps (http://cmap.ihmc.us/) Es una herramienta ideal para crear mapas muy elaborados y complejos. Tiene una estructura de enlace por concepto – cuestión – concepto – etc. Pero con imaginación y diseño puedes saltártela con facilidad. Permite anidar esquemas dentro de esquemas y mucha libertad creativa y bastante de diseño. Además se exporta muy bien como gráfico, y permite enlaces con otros programas, facilitando su utilización en ponencias. Y lo mejor… ¡es software libre! ¿Por qué entonces no simplifico y uso ese exclusivamente? Por dos razones:
- Es algo engorroso o lento para trabajar, no mucho, pero a mi juicio lo hace inviable para emplearlo en tiempo real creando el mapa sobre la marcha durante una clase.
- No puedes exportarlo o incrustarlo en Internet con algún resultado que merezca la pena.
Ejemplos:
II. Mindomo (www.mindomo.com) on-line, y de pago (aunque hay una versión de precio bastante razonable). La única pega (leve) que le encuentro (aparte del pago) es que sólo permite crear mapas en ramificaciones sucesivas (no hace bucles o ciclos por ejemplo). A cambio se trabaja con muchísima velocidad, aporta muchas opciones de diseño atractivo muy fáciles, permite enlazar casi de todo, se almacena muy fácilmente, se puede exportar en formatos de imagen, y de varios tipos y… puedes publicar tus mapas en Internet, o incrustarlos con varios niveles de protección, con funcionamiento dinámico y sin publicidad, lo cual me lo hace casi imprescindible para crear materiales de formación a distancia. Hasta hace poco, me hacía falta una tercera herramienta porque esta no funcionaba sin conexión a Internet, pero ahora te permite descargarte un programa para trabajar en él sin conexión.
- Ejemplo enlace.
- Ejemplo incrustado:
III. Mindmanager (de Mindjet, versión 2002) este programa se parece mucho al anterior en funcionalidad, aunque con una estética muy diferente. Es ¡maravilloso! para ser utilizado en tiempo real en clase o en grupo, imbatible en mi opinión (aunque la versión “desktop” del anterior, que es gratuita, se le acerca ya mucho en esta función). Tanto es así, que las últimas versiones del mismo (del mindmanager), personalmente no me convencen nada, no me gustan y no las utilizo (cosas que pasan hoy en día cuando se empeñan en hacernos cambiar de modelos de bienes de consumo con demasiada prisa…). La mayor parte de sus funciones también son coincidentes con los dos anteriores, añadiendo una de modo presentación muy dinámica que viene bien en ocasiones, pero por el contrario este tampoco sirve para publicar bien en Internet, y además… ¡es de pago!
Total, que lo dicho, sigo alternando tres herramientas en función de la funcionalidad que necesite en cualquier situación, pero insisto, cada una de ellas me está aportando mucho valor añadido a mi trabajo. Si tuviera que quedarme con dos, creo que con las dos primeras, en la actualidad ya cubriría mis necesidades.
Muy útil tu resumen! Gracias por la información recopilada y analizada.