Es curioso, pero por razones que no alcanzo a explicarme, desde la irrupción de las TIC a nuestra vida cotidiana y profesional, compruebo curso tras curso que entre los colegas de mi gremio (docentes de EF) hay una gran abundancia de personas competentes en el dominio de multitud de herramientas y recursos tecnológicos para la docencia. Quizá tenga que ver con cierta familiarización académica inicial con los aparatos de medición de variables fisiológicas, biomecánicas, etc. O puede que simple espíritu inquieto o enredador, propio de amantes de ejercicio físico y la “polideportividad”, pero el caso es que entre nosotros resulta de lo más normal y cotidiano hablar de nuevas posibilidades de aplicación de las TIC a nuestro quehacer docente diario.
Un ejemplo de ello es la utilización de las aulas virtuales de Moodle como recurso complementario para la enseñanza de la EF. A cualquier docente ajeno a nuestra área podría sorprenderle que “los de gimnasia” necesitemos de algún tipo de herramienta para la formación on-line, aparentemente más propia para trabajar contenidos de carácter teórico que práctico o de experiencia corporal. Error de desconocimiento de nuestra materia, se lo perdonamos, nosotros podemos igualmente desconocer los “intríngulis” de otras asignaturas.
La EF, con el currículo oficial en la mano, no sólo tiene bastante contenido con cierta imprescindible carga conceptual, sino que además, a la mayoría de sus contenidos prácticos o vivenciales, se les potencia y saca mucho más partido si su aprendizaje incluye tareas de explicación, asimilación y reflexión cognitivos. No me considero “un teórico” de la EF, de esos que machacan al alumnado con amplios lotes de apuntes o que se aferran a un libro a la hora de estructurar su programación. Todo lo contrario, pienso que, teniendo en cuenta todos los objetivos que la sociedad solicita de la EF a través de sus currículos (no sólo en cuestión de aprendizajes, sino también en el logro de hábitos y en la consecución de dosis de actividad y de mínimos de adaptaciones en materia de salud), creo que no deberíamos perder ni un solo minuto de nuestro escaso tiempo lectivo en enseñar cuestiones y contenidos que perfectamente podemos transmitir y hacer que el alumnado “recorra” a través de propuestas y tareas on-line. Ya que de por sí, el tiempo lectivo es claramente insuficiente para provocar avances suficientes desde el punto de vista psicomotor, fisiológico, biológico o de desarrollo. Esta es pues una de las principales justificaciones que puede tener la utilización de Moodle en EF. Podemos “conocer” la materia desde casa y “vivirla” de forma práctica todos juntos en el centro escolar, sin “regalar” ni un minuto de “no práctica”.
Para que ello tenga éxito la clave es que nuestra oferta de actividades y contenidos “a distancia”, así como su presentación, etc. sean atractivas, entretenidas y despierten la curiosidad y la motivación. No es posible explicarlo aquí en tan poco espacio. Para ello están las posibilidades de “lecciones”, “gammificación”, “resolución de tareas prácticas”, ejercicios con captura de datos personales reales, cuestionarios, videos, etc. Cuanto más creativo sea el docente y mayor dominio tenga de las herramientas TIC en general y Moodle en particular, mejor lo podrá llegar a hacer. Desde luego, si nuestros contenidos prácticos presenciales, enganchan al alumnado, su anclaje virtual (salud, técnica, táctica, investigación… lo que sea) les podrá interesar también.
He podido conocer numerosas experiencias reales al respecto, de varios docentes que han planteado carreras de orientación virtuales, sistemas de monitorización de variables personales de tipo antropométrico o de carga de trabajo, registro multimedia de actividades al aire libre, diseño de unidades didácticas sobre temas clave, etc. Hasta el planteamiento de trabajos cooperativos de expresión corporal a través del montaje de secuencias o complementos multimedia que los estudiantes pueden crear e interpretar en su casa o en la calle.
¿Ciencia-ficción, dificultad extrema, dedicación excesiva…? No, tan sólo ganas, ideas, y el convencimiento de que nuestra materia suele funcionar mucho mejor cuando tanto los docentes como el alumnado, nos divertimos más y nos lo pasamos mejor a lo largo de todo el proceso de enseñanza-aprendizaje. Espero que no se interprete que planteo una especie de guardería de entretenimiento, todo lo contrario, creo que disponemos de uno de los mejores escenarios de “aula-laboratorio-experiencia vital”, ahora además enriquecido gracias a la irrupción de las aulas virtuales.